Las personas tienden a pensar en ocasiones que las mujeres son menos competentes que los hombres lo que los conduce a tomarlas con menor seriedad y asumir que tienen un menor poder y estatus. Al pedir un café el sujeto se encuentra realizando esto mismo, rebajando el estatus y poder de la persona por el hecho de ser mujer y asumiendo que no tiene la capacidad de liderar la empresa.